En la selva, las comunidades indígenas saben muy bien cómo convivir con los escenarios y las circunstancias que rodean su entorno. Enfrentarse a peligrosos animales, densas espesuras y caudalosos afluentes hace parte de su cotidianidad. Sin embargo, en esta historia, Joaquín narra las dificultades que tuvieron que pasar un grupo de cazadores luego de escuchar unos extraños ruidos. Esta cómica narración nos recuerda que en la selva hasta los más pequeños animales pueden asustarnos.
Esta historia es importante porque nosotros tenemos unas fiestas y los animales también tienen sus fiestas. Lo que pasa es que esos animales que están en la selva, en el “friaje”, son humanos como nosotros, pero nosotros los vemos como animales. En tiempos de “friaje” ellos vienen a tomar, a bailar. Hoy en día no se presenta ese caso, pero la historia queda.
Antonio Bolívar